
Desde lo alto de un cocotero, un mono arrojó un coco sobre la cabeza de un sabio.
El hombre lo recogió, bebió su dulce jugo, comió la pulpa y se hizo una taza con la cáscara. Se volvió al mono y le dijo con tono cariñoso: - ¡Gracias por criticarme!
No sé si es la lluvía que me está volviendo loca, pero este minicuento me ha hecho que pensar. ¿Cuántas veces nos enfadamos cuando nos dicen una crítica? ¿Cuántas veces ese enfado se debe a qué nos ha dolido, porque sabemos que tiene razón? A mi me ha pasado muchísimas veces, así que de sabia no tengo nada. Yo hubiera cogido el coco y hubiera perseguido al mono jajajajaj.
Si bien es cierto, que con le paso del tiempo siento que voy cambiando. No quiere decir que ya no me duelan las críticas...pero empiezo a valorar las que nacen desde el cariño.
Echando la vista atrás, creo que hoy soy lo que soy por la cantidad de veces que me han tenido que decir 4 verdades a la cara, asi que solo puedo dar ¡GRACIAS!
Ahora recuerdo cuando un "inocente alumnos" te dice con cariño ¿pero los profes también os confundís y os regañan?. (Y que luego digan que mi trabajo no es bonito)
Aunque a veces no cogemos ese "coco" al momento y le sacamos una utilidad...yo sé que SIEMPRE ese "coco" quedá ahí, en algún lugar de nuestro inconsciente y nos va dando forma a cada uno de nosotros....